Nuestra Opinion Editorial:
Toda causa tiene su consecuencia y, todas consecuencias son generadas por algunas causas. La emigración de personas que se han trasladado del campo a la ciudad, procurando un mejor bienestar para ellos y sus familias, ha sido una causa justificada para los que han emigrado, procurando nuevos horizontes, mejores condiciones laborales y asensos profesionales pero, esto ha generado sus consecuencias. En parte a favor de los que emigran y otras veces en perjuicio de algunos de esos emigrantes que han perdido la conservación de sus valores y su capacidad de independencia además, de fomentar la holgazanería en las poblaciones donde han ido a vivir y que han quedado desprovistas de empleo por diversas causas...
El encarecimiento de los artículos de primera necesidad, esencialmente los productos agrícolas y pecuario, se debe en parte al descenso productivo de las zonas rurales en los distintos campo del país que han sido abandonos por los gobiernos que hemos tenido los dominicanos.
Son menos los que cada día producen las tierras en los campos y se multiplica en tanto los que consumen los productos provenientes de la madre tierra en las grandes ciudades del mundo. Esto ha incidido en que, los pocos que producen las tierras, se extreman en elevar los artículos de consumo diario que de allí provienen.
Los productos cárnicos también registran altos costos. Muy pocos están dedicándose a la crianza de ganado y producción de leche en los campos, con excepción de algunos que aún subsisten allí.
Los campesinos han vendido sus reces para emigrar al pueblo y los terratenientes son los que determinan la escalpada alcista de las reces y las leches que estos animales producen. Se recuerda que en años atrás un 67 % de la población dominicana vivía en el campo pero, tras la incidencia y expansión de la zona
franca muchos hombres y mujeres del campo abandonaron esos lugares y, hoy se encuentran amontonados en las poblaciones que ya no cuentan con la alta producción industrial de zona franca que, han descendido estrepitosamente y los centrales azucareros del sector publico han quebrado; de 12 ingenios que poseímos, hoy solo contamos con el Ingenio Porvenir que se encuentra arrendado a un consocio español.
En Senda en las Noticias entendemos que el gobierno dominicano debe atencionar los campos y, ofrecer facilidades a los que producen la tierra, se requiere asesoría profesional para que se pueda aprovechar mejor las cosechas y facilitar los regadíos necesarios y más aun en temporada de sequia. Además, se deben dotar a los productores de las herramientas necesarias en materia de producción y trasportación de los productos agrícolas.
Es necesario que el Banco Agrícola de la República Dominicana asuma la responsabilidad de fomentar la producción nacional en los parajes y campos dominicanos que han sido abanados a su suerte.
Para que los campos vuelvan a producir, el gobierno debe invertir allí e incentivar a los productores y ganaderos que no ven del gobierno esa intención de ayudarle a ser más productivos.
Ya es hora de que se piense en recuperar lo que queda de los campos.