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viernes, 1 de abril de 2011

El Problema de los motines carcelario persiste en el país.

             En Senda en las Noticias, nuestro comentario Editorial:
El enfrentamiento ocurrido ayer en la cárcel pública del nuevo modelo penitenciario, en donde al menos seis reclusos resultaron heridos en la tarde de este jueves en un incidente ocurrido en el interior del Centro Penitenciario de esta ciudad, antigua Cárcel General Pedro Santana, esto demuestra que aún falta mucho por hacer y, se debe comenzar descongestionando las chárleles de los tantos reclusos preventivos que saturan las cárceles dominicanas.
Los heridos fueron llevados de inmediato a la sala de emergencias del hospital Antonio Musa, según se pudo saber.
Las prisiones fueron creadas para que sirvan de lección al infractor, y que durante el tiempo de reclusión se regeneren.  
Los centros de reclusión deben fungir como lecciones, no para fomentar las infracciones. Los apresados deben ser regenerados  y  no depravados, como terminan saliendo de las prisiones los reclusos dominicanos.
En vez de reformarse se degeneran más tras sus encarcelamientos.
Las cárceles del país quebrantan el pudor y desprenden al individuo de su estima moral. Se hace necesario que el Estado Dominicano implemente una verdadera reforma carcelaria, en donde las prisiones sean convertidas en verdaderos reformatorios, donde los reclusos puedan aprender un útil oficio que le ayude en su reinserción productiva.
El problema Penitenciario es uno de los más caducados en el país. Los esfuerzos por un nuevo Modelo Penitenciarios han chocado con la realidad de que la inversión del estado es microscópica. No se pueden descongestionar las cárceles sin invertir en mayores y mejores instalaciones físicas.
Si los nuevos centros, que funcionan bajo el Nuevo Régimen Penitenciario, caen en la sobre población, pasará con ellos igual que con los “Centros Penitenciarios Modelos” anteriores, que solo fueron modelos hasta que llego su carnavalización con una población carcelaria que excedió en mucho su capacidad. Pero no basta aumentar la capacidad de la infraestructura física del sistema de prisiones; hace falta invertir más en el reo, en sus necesidades básicas de alimentación, salud, recreación, educación, formación laboral e higiene.
También se requiere de un personal capacitado y bien pagado para atender los Centro Penitenciarios. Así que, las soluciones para esta penosa realidad son conocidas y su implementación debe hacerse dentro de un plan bien coordinado, con gran apoyo social y una fuerte inversión presupuestaria.
¿Cuándo esto será realidad? Cuando la  presión pública haga de las prisiones una prioridad de los que dirigen el Estado. ¡
Nos falta mucho ¡

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