La necesidad de mejores servicios sociales en los Bateyes de San Pedro de Macorís.

                                                   Editorial. 

El descuido que reflejan los principales barrios del centro de las ciudades se hace latente. Pero, la carencias de los servicios primarios de atención ciudadana se requieren aun mas y mas después de que los ingenios azucareros del estado han desaparecido y con ello, también se ha ido la debida atención a los Bateyes, en donde convivían los braceros cañeros que se dedicaban al corte de las cañas que dieron tanta prominencia a la economía dominicana.
En el caso de este Batey Don Juan, en donde nos encontramos transmitiendo en vivo. Se puede percibir el descuido que reina en esta demarcación, a raíz del cierre del ingenio Consuelo, que durante muchos años fue el sostén económico de todo este municipio, antiguo distrito municipal.

Hoy, los residente de consuelo y de sus bateyes, cuentan con un representante en la cámara de diputado pero, esta condición de los consuélense tener un congresista en la cámara de diputado, no ha importado mucho para que quien osténtenla esta curul, de la que el diputado Pilincho devenga un lujoso sueldo sin justificarlo, ya que no está asumiendo el rol de vocero de estas comunidades y bateyes aledaños al municipio de consuelo.
Senda en las noticias entiende que, los residentes de esta comunidad de Don Juan y de otros Bateyes de consuelo, deben organizarse para exigir el desarrollo y la efectividad de los servicios públicos.
Valoramos el importante rol que están asumiendo las iglesias de las diferentes denominaciones, las que han contribuido considerablemente para que la juventud conserve sus buenas costumbres y se mantengan alejados de los vicios que sucumben a la sociedad. Sin embargo, entendemos que las madres y los padres de este Batey y de otros, deben seguir procurando la continua orientación de los jóvenes de estos lugares, en donde se están dando muchos casos de menores embarazadas.

Las autoridades del ministerio de salud pública y asistencia social, deben hacerse sentir en comunidades apartadas como estas, donde la falta de oportunidades de los jóvenes les empujan a dedicarse al ocio y cuando las mentes están vagas y sin ejercitarse con sanas costumbres se dan rienda a la degeneración que estaría por llegar este Batey como ya hoy se extiende la degeneración y el antro de corrupción que existe en las poblaciones.
La irradiación del Evangelio como sana doctrina debe seguir siendo el norte a seguir aquí en todas partes del país.

Las buenas normas de acciones cívicas deben continuar expandiéndose  en Bateyes como Don Juan y en otras tantas comunidades que lo necesitan.
La dignidad de las personas de buen vivir, no requieren ser ricos para sus niveles de civismo y portadores del ejemplo conductual que todos hemos de continuar.