EDITORIAL.
En República Dominicana, se escogió el 5 de Abril para conmemorar este día, se en alusión a que en esta fecha en 1821 se fundó el Primer Periódico Dominicano llamado EL TELEGRAFO CONSTITUCIONAL.
Desde esa fecha hasta acá, mucho se ha logrado en término de libertad de expresión. Se ha profesionalizado más este lindo oficio pero, aun queda mucho por hacer no solo en cuanto a la mecánica y el tecnicismo de modernidad que se experimenta en estos tiempos.
Se necesita crear conciencia y reconocer el trabajo de quienes ejercemos esta peligrosa profesión, dicho sea de paso: Muy mal pagada en la República Dominicana; y donde los grandes emporio parecerían tener a sus pies el nivel de conciencia de muchos que por la necesidad o por la falta de criterio se siguen vendiendo como mercancías comunes de los bajos mercados.
El Periodismo permite a muchos ejercer esa labor sin las más mínimas reglamentaciones de decencias que pasan de ser reguladas por la ley 6132 y el artículo 8 de la constitución Dominicana que faculta a todo el que tenga barriga delante –hacer uso de la expresión y difusión del pensamiento, permitiendo con ello de que cualquiera ejerza esta respetable labor sin censura.
El código de ética en el Periodismo es ignorado, eso ha generado que se haya prostituido en parte esta profesión, al no existir normativas precisas en torno a la ejecución de esta labor.
Bajo el amparo de libertad de expresión, muchos han copado los espacios de radio y de televisión convirtiéndolos en gallineros comunes. A diferencias de los reputados comunicadores que en sus labores elevan la dignidad del periodismo dominicano.
La integración de los periodistas como voceros mediáticos al servicio de proyectos políticos electorales es el fenómeno que más está afectando la imparcialidad, objetividad y credibilidad de un grupo cada vez más creciente de comunicadores sociales.
Se reconoce el derecho a la simpatía política y hasta la militancia partidaria que asiste a cada trabajador de la prensa. Pero son cada vez más los que se vinculan a esta actividad como agentes de la propaganda electoral demagógicas de partidos y candidato.
Es una relación de clientelismo político evidente, donde los favores periodísticos han de ser recompensados con privilegios económicos de todo tipo financiado con recursos de Instituciones del Estado. Así, ponerse al servicio de un proyecto político, dejando de lado toda objetividad, con el fin de escalar socialmente a través de los favores económicos que se reciben o se esperan recibir, es el camino que muchos han escogido para enfrentar su precariedades económicas.
Otros, que ya tienen tiempo en esta degeneración del ejercicio, no vacilan a la hora de cambiar amo y sirven como defensores y loadores públicos de cuantos funcionarios, legislador, empresario, dirigentes o entidad que pague sus servicios, los que a su vez están alejadas de las normales relaciones publicas e información a la ciudadanía que se hacen en las instituciones, cumpliendo con los deberes de la orientación y la transparencia. Se trata más bien de la promoción de la imagen del dirigente político y su defensa alterada, con el uso de recursos que generalmente provienen del Estado.
Es lamentable que, aun con la democracia que dice experimentarse en el mundo, en el pasado año 2010 un total de más de 60 periodistas fueran asesinados.
Además, en el 2010 ha habido 535 periodistas detenidos, 1.374 reporteros agredidos o amenazados, medios de comunicación censurados, 540; 151 blogueros y ciberciudadanos arrestados, 52 blogueros agredidos; y 62 países afectados por la censura en internet.
Son incontables los comunicadores secuestrados y desaparecidos, según el libro “Morir”, “2.905 es el saldo parcial de periodistas asesinados, de ellos un total de 1.853 ejecutados y 1.185 desaparecidos (40,8%) de acuerdo a los datos obtenidos.
En 2011, el periodismo sigue siendo un peligro. A demás de estar muy mal remunerados, los periodistas petromacorisanos y demás periodistas dominicanos están expuestos a todo tipo de peligros.
Toca a los periodistas, que conserven su independencia, denunciar esta vergonzosa situación, y a la ciudadanía, establecer las diferencias entre los mercaderes de la información y los verdaderos periodistas independientes.
En el Periodismo Dominicano, a pesar del mal uso que algunos le dan a la práctica periodística, otros la dignifican.
En República Dominicana, se escogió el 5 de Abril para conmemorar este día, se en alusión a que en esta fecha en 1821 se fundó el Primer Periódico Dominicano llamado EL TELEGRAFO CONSTITUCIONAL.
Desde esa fecha hasta acá, mucho se ha logrado en término de libertad de expresión. Se ha profesionalizado más este lindo oficio pero, aun queda mucho por hacer no solo en cuanto a la mecánica y el tecnicismo de modernidad que se experimenta en estos tiempos.
Se necesita crear conciencia y reconocer el trabajo de quienes ejercemos esta peligrosa profesión, dicho sea de paso: Muy mal pagada en la República Dominicana; y donde los grandes emporio parecerían tener a sus pies el nivel de conciencia de muchos que por la necesidad o por la falta de criterio se siguen vendiendo como mercancías comunes de los bajos mercados.
El Periodismo permite a muchos ejercer esa labor sin las más mínimas reglamentaciones de decencias que pasan de ser reguladas por la ley 6132 y el artículo 8 de la constitución Dominicana que faculta a todo el que tenga barriga delante –hacer uso de la expresión y difusión del pensamiento, permitiendo con ello de que cualquiera ejerza esta respetable labor sin censura.
El código de ética en el Periodismo es ignorado, eso ha generado que se haya prostituido en parte esta profesión, al no existir normativas precisas en torno a la ejecución de esta labor.
Bajo el amparo de libertad de expresión, muchos han copado los espacios de radio y de televisión convirtiéndolos en gallineros comunes. A diferencias de los reputados comunicadores que en sus labores elevan la dignidad del periodismo dominicano.
La integración de los periodistas como voceros mediáticos al servicio de proyectos políticos electorales es el fenómeno que más está afectando la imparcialidad, objetividad y credibilidad de un grupo cada vez más creciente de comunicadores sociales.
Se reconoce el derecho a la simpatía política y hasta la militancia partidaria que asiste a cada trabajador de la prensa. Pero son cada vez más los que se vinculan a esta actividad como agentes de la propaganda electoral demagógicas de partidos y candidato.
Es una relación de clientelismo político evidente, donde los favores periodísticos han de ser recompensados con privilegios económicos de todo tipo financiado con recursos de Instituciones del Estado. Así, ponerse al servicio de un proyecto político, dejando de lado toda objetividad, con el fin de escalar socialmente a través de los favores económicos que se reciben o se esperan recibir, es el camino que muchos han escogido para enfrentar su precariedades económicas.
Otros, que ya tienen tiempo en esta degeneración del ejercicio, no vacilan a la hora de cambiar amo y sirven como defensores y loadores públicos de cuantos funcionarios, legislador, empresario, dirigentes o entidad que pague sus servicios, los que a su vez están alejadas de las normales relaciones publicas e información a la ciudadanía que se hacen en las instituciones, cumpliendo con los deberes de la orientación y la transparencia. Se trata más bien de la promoción de la imagen del dirigente político y su defensa alterada, con el uso de recursos que generalmente provienen del Estado.
Es lamentable que, aun con la democracia que dice experimentarse en el mundo, en el pasado año 2010 un total de más de 60 periodistas fueran asesinados.
Además, en el 2010 ha habido 535 periodistas detenidos, 1.374 reporteros agredidos o amenazados, medios de comunicación censurados, 540; 151 blogueros y ciberciudadanos arrestados, 52 blogueros agredidos; y 62 países afectados por la censura en internet.
Son incontables los comunicadores secuestrados y desaparecidos, según el libro “Morir”, “2.905 es el saldo parcial de periodistas asesinados, de ellos un total de 1.853 ejecutados y 1.185 desaparecidos (40,8%) de acuerdo a los datos obtenidos.
En 2011, el periodismo sigue siendo un peligro. A demás de estar muy mal remunerados, los periodistas petromacorisanos y demás periodistas dominicanos están expuestos a todo tipo de peligros.
Toca a los periodistas, que conserven su independencia, denunciar esta vergonzosa situación, y a la ciudadanía, establecer las diferencias entre los mercaderes de la información y los verdaderos periodistas independientes.
En el Periodismo Dominicano, a pesar del mal uso que algunos le dan a la práctica periodística, otros la dignifican.
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