Editorial.
Los hechos delictivos en la Republicana Dominicana, parecerían escapar del control de las llamadas “autoridades” que están en el deber de contrarrestar esa problemática social que abate a la ciudadanía de la zona urbana y rural del país.
No solo se han incrementado los robos en las ciudades urbanas del país, también en los parajes y campos de la República dominicana, los cuatreros continúan robando reces, chivos y hasta caballos son descuartizados y vendidos por carnes de res, en la mayoría de las veces en componenda con dueños de carnicerías de los mercados públicos y de otros entornos y barrios de las ciudades, en donde no se está reclamando la procedencia de esas “carnes” que se venden a la ciudadanía sin la debida inspección de salud pública.
Ante esta problemática, se requiere que los inspectores de salud pública, si es que existen, deben exigir las debidas documentaciones y certifico de compra de animales a los carniceros de los barrios y del mercado municipal de SPM.
En Senda en las noticias, insistimos que se debe incrementar más la vigilancia, en torno a la procedencia de las carnes que venden las distintas carnicerías del mercado municipal y de los barrios de San Pedro de Macorís.
Los hombres y mujeres del campo se sienten desprotegidos de las llamadas autoridades que nunca dan con la captura de esos bandoleros que parecerían estar protegidos por las autoridades policiales de la República dominicana.
Es necesario que a la policía nacional se sume el ejército nacional y otros cuerpos castrases para que se detengan esos robos de animales que tanto esfuerzo le conllevan criar a sus verdaderos dueños; los que deben unificarse y crear comité de vigilancias para contrarrestar los robos de sus animales.
Debe tenerse en cuenta, que de las autoridades policiales no asumir sus responsabilidades, podrían motivar a que los hombres y mujeres de los campos y zonas rurales del país, podrían tomar la justicia por sus manos y eso debe evitarse.
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